jueves, 18 de marzo de 2010

PLASTICIDAD CEREBRAL

PLASTICIDAD DEL CEREBRO
(Extraído del programa Redes del mismo título)

Nuestro Cerebro es un órgano vital pero además es fascinante por muchas razones. Se sabe poco de su funcionamiento, además muchas de las ideas que hasta ahora se tenían de él están cambiando. Además realiza multitud de funciones complejas y diversas, o simples como controlar un determinado movimiento.
Lo más asombroso que se está conociendo ahora, es que nuestro cerebro es plástico en muchos sentidos. Esto significa que está continuamente cambiando. Hasta hace relativamente poco se pensaba que una vez alcanzada la madurez, el cerebro comenzaba un lento declive hasta la vejez y que con el tiempo el número de neuronas decrecía por su destrucción. Ahora se sabe (gracias al uso de nuevas tecnologías) que no, que nuestro cerebro está desarrollándose siempre, que estamos aprendiendo toda la vida. Estos cambios se expresan en las nuevas conexiones (Sinápsis) que se establecen entre las diferentes neuronas además de en la velocidad a la que se realizan las transmisiones entre esas neuronas (el impulso nervioso).
Otra idea interesante que tiene que ver con ciertas verdades aceptadas es la de que existe una edad para aprender ciertas cosas, que una vez pasada no pueden aprenderse. Es lo que en Neurociencia se denominan los Periodos Críticos del Aprendizaje, periodos en los cuales se aprenden ciertos conocimientos. Pero la idea actual es que existen Periodos Sensibles al Aprendizaje, momentos ideales para aprender ciertas cosas como un idioma o tocar un instrumento. Eso significa además que pueden aprenderse en otros momentos pero con mayor esfuerzo gracias a la capacidad de aprendizaje continua que tiene nuestro cerebro. Eso explicaría la capacidad de aprender a tocar el piano a avanzada edad, con más dificultades pero sin duda posible.
Otro ejemplo de esta plasticidad del cerebro se encuentra en experimentos realizados con bebés de seis meses. Estos eran capaces de recordar ciertas caras, pero si dejaban de verlas perdían esa capacidad. Esto se explica desde la Neurociencia como una forma de ahorro de energía. Desde que nacemos nuestro cerebro (un órgano que por otra parte gasta mucha energía, aún estando en supuesto reposo) selecciona lo que aprende por su propio interés dedicándole más energía a lo que puede serle más útil, como reconocer a sus padres.
El cerebro humano no ha evolucionado desde que se conformó definitivamente (hace ahora unos 180.000 años). No ha de extrañar, lo que hace es adaptarse a las nuevas situaciones en las que se encuentra. Si pudiésemos traer un crío de hace 40.000 años a nuestro tiempo, tardaría unos días en manejar la videoconsola. De la misma forma, un adulto de ciudad en un nuevo entorno (el de hace 40.000 años) se adaptaría perfectamente a esas nuevas necesidades. Y es que, a diferencia de lo que genéticamente tienen otros animales en su impronta (por ejemplo una araña que teje una tela simétrica), nosotros no traemos tantos aprendizajes instintivos como creíamos. Nuestro cerebro se adapta a esas nuevas situaciones. Lo curioso es que una vez aprendido ese elemento básico ya no se olvida. Por ejemplo, la lectura. Una vez que es aprendida no podemos evitar hacerlo de forma automática. Se convierte en un automatismo tan establecido que si usamos por ejemplo la palabra AZUL para leer el color pero lo pintamos en verde, tardamos en responder.
Hace algunos años en Londres se estudio la capacidad cerebral de los taxistas. En esta ciudad existen del orden de 25.000 rutas diferentes que deben ser aprendidas de memoria por los taxistas. Se comprobó que estas personas tenían una parte de su cerebro (El Hipocampo, una parte interna de cerebro con forma de caballo de mar) más desarrollada, de mayor tamaño. Esto significa, que al igual que la práctica de un deporte nos permite desarrollar más nuestra musculatura, nuestro cerebro posee también dicha plasticidad. En el caso de los violinistas se descubrió que la parte correspondiente a la corteza auditiva (lugar donde se encuentra la percepción de los sonidos), se encontraba más desarrollada. Al igual que la parte correspondiente a la movilidad de la mano derecha con la pisaban las cuerdas en el traste del violín. Otro caso interesante es el de las personas sordas que la parte de la corteza auditiva se activa no para oír sino par leer los labios.
Del grupo de neuronas encargadas en el aprendizaje destacan las neuronas Espejo, aquellas que nos permiten aprender por imitación. Estas pueden desarrollarse y además nos ayudan a aprender del conjunto de nuestros iguales, somos cerebros sociales. Si pensamos en el peso que en un adolescente tiene el aprendizaje de sus iguales podemos intuir que pueden ser estas neuronas las que están más activas durante este periodo de vida.
¿Podríamos entrenar nuestro cerebro con cualquier actividad? No. Cuando una persona se aficiona a resolver crucigramas o juegos por el estilo, desarrolla en su cerebro la capacidad de resolverlos más rápidamente (está entrenando al cerebro), pero no se sabe que afecte a otras habilidades como la memoria o el cálculo mental.
¿Qué pueda aportar el conocimiento de la plasticidad del cerebro a la Educación? Si nuestro cerebro es maleable y plástico, queda claro que:
1. La práctica es fundamental para poder desarrollar ciertos aprendizajes, esto es aplicable a cualquier disciplina escolar.
2. Se puede aprender en cualquier momento (aunque existan momentos más adecuados para ello)