jueves, 20 de mayo de 2010

METABOLISMO DE LAS GRASAS PARDAS

Si bien se pensaba que la grasa parda, desaparecía al terminar la infancia puede estar ayudando a algunos adultos a mantenerse delgados. Tras nacer la grasa parda de bebé genera calor corporal. Esta grasa desaparece al envejecer. Parece ser que aquellos adultos que gozan de un índice de masa corporal saludable, mantienen reservas de esa grasa parda que continua metabólicamente activa. Este descubrimiento y el realizado por investigadores de la Universidad de Barcelona sobre una hormona que regula la actividad de esta grasa en ratones puede permitir elaborar fármacos contra la obesidad.
Sin embargo, no debemos olvidar que es nuestra dieta y su cuidado la que controla nuestro peso. Para ello es necesaria una alimentación sana y equilibrada

domingo, 16 de mayo de 2010

SOBRE LA REPRODUCCIÓN SEXUAL

LAS CONSECUENCIAS DE LA REPRODUCCIÓN SEXUAL


Muchos organismos pueden reproducirse tanto asexualmente como sexualmente. En el caso de los eucariotas unicelulares (como algunas algas), la reproducción puede seguir cualquiera de estos dos modelos según las condiciones ambientales. Algunos otros como las amebas lo hacen solo asexualmente. Las plantas pueden también reproducirse asexualmente mediante esquejes, estolones o rizomas. En el caso de los animales se da la reproducción asexual en la Hidra de agua dulce, en ciertas esponjas o estrellas de mar que a partir de un fragmento recomponen el conjunto del animal. Gracias a la mitosis, se asegura que este tipo de reproducción origine individuos genéticamente iguales.
La reproducción sexual muestra ante todo una gran variabilidad en cuanto a la descendencia, fundamentada entre otras cosas en la variabilidad de gametos que pueden producirse durante la meiois por la combinación de los cromosomas. Para hacernos una idea sigamos el siguiente ejemplo:

Imagina que en una célula disponemos de 2n=4 esto es, dos cromosomas homólogos o cuatro cromosomas. Sitúate ahora en la Profase II de la meiosis, tendríamos una célula con 4 cromosomas que llamaremos:
1, 1´, 2, 2´ (cada uno formado por una cromátida). Cuando finalice la meiosis, el resultado serán 4 células (gametos) con 2 cromosomas simples cada una. Intentamos combinar estos y el resultado sería: 12, 12´,1´2,1´2´.
Imagina el caso para tres homólogos. El resultado sería 8 gametos posibles y en caso de 4 los homólogos implicados serían 16 gametos posibles todos diferentes.
El número de combinaciones posibles de cromosomas en los gametos es de 2n, 2 es el número de homólogos en un par y n es igual al número haploide de cromosomas. Si el número de cromosomas es 4, n=2 y por tanto 22= 4 combinaciones posibles. Para n=3, serían 8, etcétera.
Un hombre con sus 46 cromosomas es capaz de producir 223 tipos de espermatozoides o sea, 8.388.608 combinaciones diferentes de cromosomas. Al igual que la mujer.
A esto hay que sumarle las variaciones adicionales que suponen el fenómeno de la Recombinación

PLASTICIDAD NEURONAL

PLASTICIDAD NEURONAL
Si preguntáramos a alguien como funciona nuestro cerebro, si tiene algunas nociones básicas de Biología, podría decirnos que es como un ordenador, donde los cables que permiten mandar y recibir la información al disco duro (nuestro cerebro) serían las neuronas. Esta visión tradicional de nuestro sistema nervioso, no es correcta. Asoma ahora un nuevo concepto en Neurociencia, es la NEUROPLASTICIDAD. Esta plasticidad neuronal significa que las neuronas mantienen en todo momento su capacidad para modificar la eficacia con la que transmiten la información.
La clave de esta plasticidad está en la conexión que se establece entre las neuronas, las células que forman el tejido nervioso. Estas conexiones reciben el nombre de SINAPSIS, y en ella intervienen varios elementos: Neurona Presináptica, Hendidura Sináptica, Neurona Postsináptica y especialmente los neurotransmisores. Estos últimos son moléculas a través de las cuales se transmite el impulso nervioso entre las neuronas. Entre estos se encuentran el GLUTAMATO (aumenta la excitabilidad neuronal) y la llamada GABA (inhibe la excitabilidad)
¿Qué ocurre cuando aprendemos o memorizamos alguna acción? Al parecer, cuando se produce un nuevo aprendizaje se acentúa el intercambio de información en determinadas sinapsis del circuito neuronal implicado en el proceso (Esto se conoce como FACILITACIÓN). Se produce una huella física en la neurona postsináptica que permanece estable, de forma que ante la repetición del proceso, el mecanismo de actuación ya se encuentra establecido. Cuando el proceso implica acciones que podemos considerar mecánicas (montar en bici, andar, comportarse en la mesa o en determinados lugares) existen unas transformaciones neuronales que las determinarán. Dos cuestiones interesantes:
- este aprendizaje no depende solo de aspectos biológicos, el contexto cultural es muy importante. Esto es la enseñanza a que estamos sometidos desde que nacemos
- la memoria no consciente almacenará muchos de estos comportamientos y no hará falta pensar en ellos para realizarlos (pensemos en conducir un coche). Esta memoria se llama Memoria Procedimental

Pero es también interesante saber que esas huellas sinápticas que se establecen en las conexiones neuronales durante el aprendizaje son MALEABLES, esto es que pueden cambiar.
¿Cómo establecen las neuronas un determinado recuerdo o un determinado aprendizaje? El proceso consiste en activar adecuadamente un determinado grupo de neuronas a modo de cascada que activan de inmediato dicho recuerdo o permite realiza determinada acción por haber sido establecida durante un aprendizaje.
De esta idea de plasticidad del cerebro puede surgir una explicación al hecho de recordar lugares, situaciones o emociones del pasado sin que estemos plenamente seguros de haber pasado por ella. En ocasiones solemos decir “esto ya lo he vivido”, o “esto me recuerda a algo”. Realmente tenemos en nuestro inconsciente (llamemos así a ese conjunto de recuerdos creados anteriormente y que han dejado esa huella física en nuestro cerebro). Si algún elemento de esa situación familiar se asemeja a la que creó el recuerdo se disparará el resto de elementos de dicha asociación (la cascada a la que antes nos referíamos) y nos parecerá que ya lo hemos vivido. Incluso los cambios de estado de ánimo puedan ser explicados de esta forma, siempre y cuando en determinado momento algún elemento sensorial dispare la situación que nos pueda hacer cambiar de humor. Y lo interesante es que nosotros no podemos influir de ningún modo en parar dicha cascada.
Otro aspecto interesante es la influencia de los genes en estas “habilidades”. Existe influencia pero para la construcción del individuo, la experiencia es vital. La respuesta a situaciones similares son muy diversas en los individuos y hemos de pensar que no solo cuenta lo que nos aportan los genes, somos creativos luego podemos alterar los patrones de aprendizaje que nos han sido transmitidos.

CÓMO SENTIMOS LAS EMOCIONES

COMO SENTIMOS LAS EMOCIONES

¿Qué tiene más peso en nuestro comportamiento, las emociones o las razones? Esta pregunta que es posible nos hayamos hecho en mas de una ocasión tiene una base física que ahora parece salir a la luz.
Es sabido desde hace mucho tiempo que nuestro cerebro trabaja con dos secciones bien definidas en este aspecto. El cerebro racional y el emocional. El cerebro emocional, el más básico heredado de nuestro pasado reptiliano, lo constituyen estructuras primitivas como el HIPOTÁLAMO, EL TRONCO ENCEFÁLICO y otras regiones como LA AMÍGDALA (situada en el lóbulo temporal). ¿Cómo funciona este cerebro emocional? Gestionando las emociones más básicas: Ira, Miedo, Asco, Placer, Tristeza, Sorpresa y Desprecio. Estas son las que los humanos reconocemos independientemente de los condicionamientos individuales y culturales. La base biológica de este sistema autónomo se gestó durante el desarrollo evolutivo de los organismos que nos precedieron, desde los invertebrados. Son emociones básicas que sirven para poder salvar situaciones vitales muy básicas. La ira puede así responder a la preparación para la lucha y para defender por ejemplo, la comida que hemos conseguido. El asco, nos previene de posibles venenos, el miedo de ciertos peligros por ejemplo el miedo visceral que algunos tienen a animales como serpientes o arañas puede tener este fundamento.
El cerebro racional, es más complejo y más moderno. Se cree que hace unos 60 millones de años es cuando se genera una nueva parte de ese cerebro emocional, desde la corteza cerebral que dará lugar al NEOCORTEX, o también conocido como cerebro de los primates. En el se encuentra la razón y la inteligencia de los homínidos.
La cuestión es ¿Quién controla a quien? Hasta hace relativamente poco, parecía muy claro que existía un férreo control del racional sobre el emocional, dejando al segundo en un plano inferior. De hecho, nos definimos como "animales" racionales. Esta afirmación no parece ahora tan clara. Y es que se cree que es nuestro cerebro emocional quien dispara siempre primero nuestro comportamiento, siendo el racional quien puede o no modularlo, y más que en un control de uno sobre otro es más acertado pensar en un equilibrio entre ambos. Las conexiones entra las zonas de nuestro cerebro antes descritas están demostradas. Una zona de la corteza llamada CORTEZA VENTROMEDIAL parece actuar como mediadora entre los mensajes entre ambos cerebros. Pensemos en una situación: entramos en casa y vemos una luz encendida que no nos esperamos. Nuestro cerebro emocional inmediatamente nos pone en alerta, comienza un sentimiento de miedo o preocupación. Sin embargo, nuestro cerebro racional también recibe esa información y la procesa de manera que genera una explicación lógica al problema. Si existe una respuesta adecuada, se impondrá apagaremos la luz y no le daremos importancia. Pero en caso contrario, la sensación generada por nuestro cerebro emocional crecerá y del miedo podemos pasar al terror.
Podemos extraer algunas ideas de este caso. ¿Qué ocurre con el miedo visceral y automático que tiene un niño de tres años ante la amenaza del lobo o de cualquier otro personaje? Su cerebro racional está aun en construcción, puesto que está aprendiendo. Al igual que el emocional, aprende algunas cuestiones emocionales pero no los sentimientos básicos a los que nos referíamos más arriba. El miedo es instintivo, diríamos. Los mayores aprovechamos esto para decirles que "viene el lobo" o cualquier otra similar de forma que podamos controlar su comportamiento. En este caso su cerebro emocional se impone a su cerebro racional. Solo el paso de los años permite superar esta situación y controlar el miedo. En el estado adulto este equilibrio es permanente y las reacciones emocionales—racionales se superponen pero es el razonamiento quien finalmente lo permite.
¿Qué ocurre en los adolescentes con su conducta errática, inconformista e irregular? Es posible que podamos explicarla en base a la búsqueda de ese equilibrio entre ambas partes del cerebro. El NEOCORTEX está ya funcional y desarrollado en la etapa de la adolescencia, pero el control aún no es permanente y el sistema de equilibrio que debe caracterizar la vida adulta no está completado. Como en esta parte de la corteza cerebral se encuentra nuestra capacidad de aprendizaje y la memoria, es cuestión de tiempo que se consiga, siempre y cuando los elementos conductuales que permitan dicho control sean enseñados. Es aquí donde el papel de los educadores en general, juegan un papel fundamental.